miércoles, 22 de agosto de 2012

Mister Bean pasa sus vacaciones en España

Ayer me despachaba a gusto con los alemanes y los nórdicos en general pero no es de extrañar que nos miren con cierta incredulidad. Para muestra un botón.

Una señora de la que apenas se sabe nada acaba de reinterpretar un Ecce Homo en la iglesia del Santuario de Misericordia de Borja (Zaragoza). Lo ha hecho con su mejor buena voluntad y el resultado es ciertamente moderno, posmoderno dirían algunos TOLOSAS (todo lo saben), con inequívocas raíces en el legado de Goya, un medido guiño a Munch y reminiscencias del portentoso Francis Bacon. Desde un punto de vista artístico... qué sabe nadie. Doctores tiene la Iglesia (sic). No me extrañaría en absoluto que saliera alguien ponderando los valores de este nuevo Ecce Homo e insista en salvarlo de la quema. Después de todo nos representa, es el genuino reflejo del espítiru de nuestro tiempo: nuestros políticos, nuestra economía, nuestros bancos... ¿qué otra cosa son sino Ecce Homos difusos e incomprensibles?

Lo destacable no es la capacidad de esta persona para restaurar obras de arte, sino quién controla los sistemas de seguridad que tenemos en este santo país, porque esta noble dama tuvo que pasar sus horas en la quietud del templo. En cualquier caso, propongo que los cacareados retratos de Álvarez-Cascos y Bono que nos iban a salir por un pico se encarguen a este alma de Dios. Es más refrescante que una foto, no se corre el riesgo de empeorar los originales y además, estamos en crisis, ¿no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué cansados de crisis, de políticos nefastos, y con qué ganas de noticias que nos saquen unas buenas carcajadas. Como locos todos nos hemos lanzado al titular Ecce homo. He llorado de la risa leyendo la noticia en los periódicos e imaginando a la buena señora afanada en su restauración, intentando día a día ir arreglando el estropicio del anterior y saliendo orgullosa de la iglesia con los labios apretados convencida de conseguido. Quién sabe si como Cantiflas mantiene un milagroso diálogo con un Dios que tan cansado debía de andar de mirar con sufrimiento, ojalá a la señora María le queden pinceles pinturas y ganas para pintarle la cara a media España. Lejos estamos del palabro alemán de uno de tus últimos posts, esto es reírse de uno mismo, esto sólo en este Santo país.